Tintura viene del latín tinctūra que significa teñir, es decir, darle color a algo. Las tinturas medicinales se hacen tiñiendo una sustancia, generalmente alcohol, con sustancias medicinales o principios activos, generalmente de plantas, aunque en la tradición espagírica (formulada por Paracelso) también se pueden utilizar otros insumos como animales, minerales o incluso metales.
En México, posterior a la Conquista, se dio una conjunción entre el conocimiento tradicional de la herbolaria mexicana, con la tradición europea del uso de fermentados y destilados de plantas (vinos, cervezas y aguardientes), lo cual eventualmente se decantó en el uso de las tinturas de plantas medicinales.
La tintura es entonces una forma de administrar los principios activos de una planta a una persona sana o enferma, con el fin de contribuir a su salud, a partir del conocimiento tradicional (o la validación científica moderna de éste), con ciertas ventajas sobre el uso de las plantas de manera directa, ya que la tintura extrae de mejor manera los ingredientes activos, permite una mejor estandarización y dosificación, así como una mayor conveniencia en el almacenaje, conservación y portabilidad de la medicina.
La forma en la que se elaboran las tinturas, así como su uso, depende de las diversas tradiciones que existen en el mundo. Para fines de esta página, aquí mencionaremos las tres que nos parecen más populares y efectivas:
1) Tinturas para microdosis: En el Siglo XX, el doctor Eugenio Martínez Bravo desarrolló este método de administración de tinturas, el cual utiliza dosis más diluidas, así como una estandarización diferente para la elaboración de éstas con el fin de hacer más popular y accesible su uso entre las comunidades indígenas y rurales de Latinoamérica.
2) Tinturas alquímicas o espagíricas: tradición proveniente de Europa en donde las plantas son separadas en tres componentes: su espíritu (sus aceites esenciales), su alma (el alcohol) y su cuerpo (las sales). Dichos componentes son purificados por separado y luego vueltos a unir, con el fin de preparar una tintura con propiedades medicinales mejoradas.
3) Tinturas madre tradicionales: Es el resultado de la conjunción entre la tradición herbolaria mexicana y los métodos europeos de extracción de sustancias. Son elaboradas por maceración de la planta fresca en una combinación de alcohol potable y agua.
La medicina moderna y la medicina tradicional recorren dos vías muy diferentes; tal y como mencionamos en la sección de herbolaria de esta página web, la medicina moderna está basada en el paradigma científico, utilizando el método experimental, la acumulación de conocimiento y la evidencia sobre las enfermedades y sus tratamientos. En cambio, la medicina tradicional está basada en el conocimiento heredado de generación en generación en las culturas y se basa en la experiencia acumulada pero sobre todo en la transmisión oral y vivencial.
Por otro lado, en la mayoría de las escuelas de medicina moderna no existe una educación acerca de la medicina tradicional de la región o de la tradición herbolaria, por lo cual no solamente no se recetan tinturas o remedios herbolarios, sino que, cuando llegan los pacientes con diagnósticos o tratamientos de médicos tradicionales a las clínicas, simplemente se hace una nueva historia del paciente y sus enfermedades, y se utilizan medicamentos alopáticos, dejando completamente fuera el uso de los remedios prescritos por los medicinales tradicionales y de la perspectiva espiritual de la persona.
De la misma forma, los médicos tradicionales carecen de la formación científica y la preparación académica de la medicina moderna, por lo cual no solamente no suelen tener acceso a las herramientas de de diagnóstico clínico, sino que tampoco están habilitados para recetar medicamentos alopáticos, mucho menos para recetar medicamentos controlados o practicar cirugías o procedimientos especializados.
Pero no por recorrer vías diferentes están separadas. Hay algunos países en Europa en donde existen no solamente remedios herbolarios sino medicamentos herbolarios, que son ampliamente utilizados y recetados por médicos modernos. Muchas personas recurren a ambos tipos de medicina para atender su salud, reconociendo que cada una tiene sus virtudes y que pueden ser complementarias.
Lo que es innegable es que las plantas tienen sus propiedades medicinales, muchas de las cuales fueron utilizadas (y siguen siendo) por una buena parte de los medicamentos de síntesis química y, por otro lado, que las tinturas son un mecanismo efectivo para consumir de manera segura, práctica y económica, esos principios activos y contribuir a la salud de las personas.
Al menos en México, aunque existen marcos legales similares en todo el mundo, el uso de las tinturas está regulado al nivel de la producción para la comercialización con fines medicinales, estableciendo altos estándares de calidad para la fabricación a través de leyes, reglamentos y normas.
Si bien esto brinda seguridad para las poblaciones urbanas respecto al consumo de estos productos, es también el principal obstáculo para que se usen de manera más amplia, ya que entonces la elaboración de estas queda confinada a:
1) Esquema regulado: grandes empresas que cuenten con capacidad para cumplir con todos los requisitos sanitarios (infraestructura, personal especializado, permisos, estudios, registros, certificados, etc.). Este tipo de empresas es prácticamente inexistente. Las empresas que tienen dichas capacidades se dedican a negocios más lucrativos como la producción y comercialización de medicamentos alopáticos.
2) Esquema no regulado: principalmente autoconsumo, en donde el usuario elabora sus propias tinturas, comprando los insumos herbolarios en mercados de plantas, en el comercio electrónico o en tiendas departamentales.
La compra-venta de tinturas bajo otros esquemas, es decir por aquellos entes no regulados, queda entonces en un área gris, ya que no se pueden publicitar para consumo o como remedios herbolarios.
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