En la tradición no hay una distinción precisa sobre el uso de una hierba como un alimento o como un fármaco, esta distinción es moderna; al conocer las propiedades medicinales de una planta, estas se incluían no sólo en la alimentación cotidiana, sino que también se utilizaban como lo que ahora conocemos como fármacos.
Por ejemplo, cuando nosotros comemos un "pozole", ese delicioso platillo tradicional mexicano, estamos consumiendo un conjunto de ingredientes que tienen un equilibrio en su preparación: elementos considerados como "calientes" y otros como "fríos", además de las ampliamente conocidas proteínas, carbohidratos y grasas, que tan importantes son para el ser humano y su salud en un balance adecuado. El orégano, la cebolla, el chile, los rábanos, la lechuga y el limón son hierbas y frutos que tienen propiedades por si solas y cuyo uso en el famoso pozole nos permite incluir los compuestos químicos que son considerados como "medicinales", además de las vitaminas y minerales que nos recomiendan los médicos y nutriólogos modernos.
Si bien en la medicina moderna también se utilizan también plantas y compuestos derivados de ellas como ingredientes activos, cada vez más el avance se encuentra en la super especialidad y en el aislamiento de compuestos específicos; ahora se está migrando a compuestos biotecnológicos, utilizando tejidos de animales o material genéticamente modificado de microorganismos como los virus.
En cambio, la herbolaria se basa en el hecho de que las plantas son organismos vivos que "acumulan" o "sintetizan" diversos compuestos en sus diversas partes (flores, tallo, raíces, etc.) y por lo tanto suelen tener propiedades diversas o particulares, según la especie y el padecimiento. Por eso es que encontramos que ciertas plantas (como por ejemplo la manzanilla, el ajo o la marihuana) son "buenas" para tratar muy diversos padecimientos y condiciones. De esto, afortunadamente ya existen muchos estudios científicos modernos, por lo cual podemos conocer con más precisión los efectos deseados y los no deseados de las plantas.
Pero si bien la medicina moderna no está peleada con la espiritualidad, la ciencia moderna sí obvia los efectos espirituales de las plantas, cosa que la herbolaria no, pues en la tradición también está ligada con la medicina tradicional (con sus muy diversas variantes culturales) que parte de la idea que el hombre es cuerpo, alma y espíritu, así como cada cosa en el universo, incluyendo las piedras y los minerales. Por eso es que a las plantas también se les atribuyen propiedades espirituales, particularmente a aquellas que tienen compuestos que interactúan con el espíritu y la mente del hombre, a las cuales incluso se les nombra como "plantas maestras".
Entonces el estudio de la herbolaria es una tarea emocionante y compleja que parte no sólo de conocer las plantas y sus propiedades, sino también de conceptos de la ciencia moderna como posología (dosificación) y farmacología (efectos específicos) además de conceptos espirituales como los chakras (y sus equivalentes en otras culturas), definiciones amplias de salud y el tratamiento del paciente como un ser evolucionando en su consciencia.
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2. Sosa Gómez, Reinaldo. (1997). El Poder Medicinal de las Plantas. Gema Editores.
3. Pamplona Roger, Jorge D. (2019). Enciclopedia de las Plantas Medicinales. Safeliz.
4. Vanaclocha, Bernat. Cañigueral, Salvador. (2019). Fitoterapia, Vademécum de prescripción, 5ª edición. Elsevier.
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